Una correa cómoda y elegante, que marca las distancias, pero sin ser excesivamente ostentosa, y desde luego, no se amilana ante el desgaste del tiempo.
Tengo dos, una desde el 2012 y la otra desde 2014, y el tiempo parece no pasar por ellas, cosa que mi espalda agradece, ya que son de bastante buena calidad, y aparte de no deteriorarse demasiado, ayudan a repartir bien el peso de guitarras y bajos.