Las baterías Gretsch están estrechamente ligadas a leyendas del jazz como Tony Williams, Max Roach y Elvin Jones. El set de batería Gretsch Catalina Club Jazz, con una clásica configuración bebop y un precio asequible, también está profundamente enraizado en la tradición jazzística. Sus cascos, compuestos por siete capas de caoba 100%, generan un sonido cálido y resonante. Desde sus distintivas insignias redondas y bellotas clásicas hasta sus acabados en madera natural o en lámina, su apariencia refleja claramente la herencia tradicional de Gretsch.
Una configuración compuesta por un bombo de 18 por 14 pulgadas, toms de 12 por 8 y 14 por 14 pulgadas, y una caja de madera de 14 por 5,5 pulgadas, representa el estándar en el jazz desde hace muchas décadas. El borde de apoyo a 30 grados, característico de Gretsch, proporciona un sonido suave y musical a los cascos de caoba, mientras que el sistema de montaje de tom sin contacto directo y los aros de 1,6 milímetros de grosor garantizan un sustain prolongado. Gracias a sus resistentes patas de bombo y a un soporte de tom ajustable con flexibilidad, este kit, a diferencia de sus predecesores de los años cincuenta y sesenta, está perfectamente preparado para afrontar el ritmo de giras constantes. El set también incluye un elevador de bombo que permite al batidor golpear el centro exacto del parche, liberando todo el potencial del instrumento.
Aunque su nombre ya revela su vínculo con el jazz, el set Catalina Club Jazz también destaca en otros estilos. Es una excelente opción como batería compacta para música acústica en escenarios reducidos, gracias a su diseño que ahorra espacio, su sonido musical y su volumen moderado. Para bateristas que viajan con frecuencia, el bajo peso de los tambores y la facilidad de transporte, incluso en un coche, son ventajas considerables.
La marca Gretsch fue fundada en 1883 por Friedrich Gretsch, un inmigrante alemán radicado en Brooklyn, y desde 2015 pertenece a Drum Workshop. En sus primeros años, la empresa se centró en fabricar panderetas, tambores y banjos, pero alrededor de 1930 empezó también a producir guitarras. Ya entonces, Gretsch se había consolidado como fabricante serio de baterías, y en las décadas posteriores se convirtió en una de las marcas favoritas de los bateristas de jazz. Hoy en día, la compañía ofrece sets de batería para todos los niveles de precio, desde la asequible serie Catalina hasta los exclusivos modelos American Custom, y todas las líneas conservan elementos tradicionales que definen la identidad de Gretsch Drums.
El set Catalina Club Jazz lleva años siendo una presencia habitual en muchos clubes de jazz. No es casualidad: se afina con facilidad, su estética remite a la época dorada del género y su sonido encaja a la perfección. El tamaño reducido de los tambores y el volumen controlado lo convierten en una excelente elección para salas con acústica complicada, como iglesias. Además, en los ensayos, tus compañeros de banda apreciarán un set que no sature el sonido del grupo, sino que permita un equilibrio más claro y espacio para los demás instrumentos y las voces.
Borde de apoyo a 30 grados
Los cascos de madera de los tambores suelen contar con una superficie de contacto exterior estrecha para permitir que el parche vibre libremente, y la mayoría de los fabricantes fresan el interior del casco con un ángulo de 45 grados. Sin embargo, Gretsch se desmarca de esta norma y opta por un ángulo de 30 grados, lo que proporciona una mayor superficie de contacto para el parche, con el resultado de un sonido más suave, cálido y controlado.