Lo uso desde septiembre de 2018 y ya no existe otro para mi. Hoy mismo he dado seis horas de clase y he tenido el fagot colgado durante al menos cinco de ellas. Se me olvida descolgarlo.
Deja las costillas totalmente libres para respirar, el cuello libre y el fagot queda equilibrado tanto con el balance como sin él.
No satisface a la mayoría. Aunque se lo presto a todos mis alumnos (doy grado superior), sólo uno lo ha encontrado cómodo. Otro factor en contra es su exagerado precio.
En concierto me lo pongo por encima de la chaqueta y me resulta súper cómodo de poner y quitar.
Otro inconveniente es que no cabe en el estuche, ni el de campana larga ni en el de corta. Yo me las he ingeniado para llevarlo fuera, atado con unas bridas de velcro que he comprado aquí y ya no es un problema, pero al principio era muy molesto.
Puede parecer que ganan los contras sobre los pros, pero no ceso de recomendarlo. Si te cuadra, marca un antes y un después en tu forma de tocar.
Saludos