Como primera apreciación debo destacar que está muy bien fabricado siendo un producto de calidad. Tal es así que puede servir además, de adorno musical en cualquier estante, emulando en miniatura a un cajón de Flamenco. Comentando la parte sonora, produce un sonido fuerte y claro, apto para ritmos marcados y rápidos, estupendo para actuaciones, y alejándose del micro, también para grabaciones. Debido a su construcción, según como se coloca, produce diferentes matices sonoros, cambiando el volumen, el tono, o el sustain, siendo la cara de madera de ovangkol la que da más volumen. Poniendo o quitando el pulgar sobre esta cara se consiguen acentos interesantes durante el ritmo. Un producto curioso, bonito y de gran sonido. Excelente relación precio-calidad.