Si cuidas de forma apropiada los instrumentos de madera, deberían durar toda la vida. Consulta las recomendaciones del fabricante en primer lugar, pero si tu tambor tiene un acabado de madera natural sin tratar, un esmalte de madera de alta calidad debería ayudar a mantenerlo en buen estado; es posible que para tratarla prefieras un producto que contenga aceite de linaza o cera de abejas. Los tambores altamente brillantes y pintados, pueden permanecer hermosos con la ayuda de un paño húmedo. Evita el uso de limpiadores químicos ásperos con cualquier tambor.
Con los parches de piel natural, no hacer nada puede ser el mejor camino. Si no vas a tocar el tambor durante un tiempo, o si consideras que puede haber variaciones drásticas de temperatura y humedad, intenta aflojar un poco el parche. Evita el uso de productos como el aceite para bebés, el aceite de oliva o la manteca de cacao, debido a que a este tipo de parches de piel natural, generalmente no les gusta la humedad. Sin embargo, si tocas mucho se debe tratar la piel de tus manos con productos hidratantes, porque pueden llegar a secarse, ya que la humedad se transfiere de las manos al parche.
Los instrumentos son objetos de valor, no sólo por su precio, sino también porque uno puede llegar a estar emocionalmente apegado a ellos. Si quieres disfrutar de tu instrumento durante muchos años y planeas llevarlos a conciertos, los estuches son necesarios. Un estuche puede ayudar a que tu instrumento luzca bello durante los próximos años; el aspecto de tu equipo suele impresionar tanto a amigos músicos como al público. Los estuches no sólo protegen al equipo de golpes, arañazos y rasguños, también pueden reducir el efecto de los cambios bruscos de temperatura y humedad. Dejando tu instrumento en su estuche después de trasladarlo de una condición a otra, puede permitir que el cambio sea más gradual. Las bolsas blandas pueden ofrecer una protección económica a la madera y al parche, mientras que los estuches duros resistentes hechos de plástico, madera o fibra, ofrecen una mayor protección contra golpes. Si finalmente pasas de una funda blanda a un estuche rígido, puedes utilizar los dos juntos, poniendo primero el tambor en su bolsa y luego dentro del estuche rígido, para mayor protección.