Naturalmente somos conscientes de que los tres estudios casuísticos descritos aquí son puntos extremos. Las demandas y exigencias reales de nuestros clientes suelen estar en algún punto intermedio.
En este contexto, lo importante para nosotros es dejar claro que la posición en pro o en contra de uno de los tres tipos de construcción debe surgir siempre de la relación con los dos principales factores de decisión, el sonido y la estabilidad.
Mientras que la percepción ideal del sonido se materializa realmente en el contrabajo macizo, uno encuentra el máximo en estabilidad en el contrabajo laminado. El bajo semisólido es, en el mejor sentido de la palabra, un compromiso bien conseguido entre estabilidad y potencial para el desarrollo de la sonoridad.
Para música clásica en contexto de orquesta, realmente se contemplan casi únicamente contrabajos macizos. Solo ellos ofrecen a los intérpretes de arco el imprescindible empaque, el imponente carácter del grave, así como el volumen y el comportamiento armónico óptimo.
Aquí entra en juego la decisión por un contrabajo de contrachapado o laminado. Las sacudidas del Slapping y las duras condiciones de los directos exigen un máximo en estabilidad y estabilidad. El reducido carácter de graves de los contrabajos laminados, tanto en el escenario como en la sala de ensayo, se puede compensar con una pastilla correcta y con los ajustes del amplificador.
La portabilidad y estabilidad por un lado, y el deseo de un sonido cálido y natural por otro, precisan una solución de compromiso en forma de contrabajo semimacizo. En el Jazz, en escenarios pequeños a medianos, con las adecuadas pastillas (las que captan desde la tapa maciza), se consiguen buenos resultados.
Aquí se ofrece bien la toma con un fonocaptor electromagnético. Aunque el sonido general con ello se asimila al de un bajo eléctrico, esta forma de registrar tiene algunas ventajas decisivas en volúmenes más altos de escenario. El sonido grave queda muy bien definido, con mayor poder de presencia y es bien localizable por el resto de la banda. La capacidad de acople es mínima ya que casi exclusivamente se registra la vibración de las cuerdas y no el gran cuerpo de resonancia. Eventualmente un Slap-Piezo adicional con una pequeña mesa de dos canales se podría agregar de forma opcional.
En un contrabajo de tapa maciza se recomienda tomar el sonido desde un sistema transductor de tapa. Como indicamos, se trata de pastillas que se emplazan entre el pie del puente y la tapa. Estos sistemas trabajan de forma bidireccional, en dos direcciones: Toman por un lado la oscilación del puente y por otro la de la tapa.
Mientras que los fonocaptores puros de puente siempre producen una imagen sonora algo castrada en medios, los sistemas fonocaptores de tapa, sobre todo en graves, proporcionan un espectro sonoro mucho más abierto y natural. Estos sistemas son o bien de naturaleza piezocerámica, o basados en lámina Nanoflex, y producen también con el clásico toque de arco una imagen sonora cálida, natural y rica en armónicos.
Teniendo en cuenta que la tapa es de contrachapado y que el contrabajo está construido sobretodo en base a la estabilidad, no tiene ningún sentido utilizar un sistema fonocaptor de tapa. También descartamos aquí el uso de sistemas electromagnéticos ya que los bajistas de Rockabilly en su mayoría tocan „slapping“, y por eso gastan cuerdas de nailon o de tripa. Estas cuerdas no poseen el campo magnético variado del núcleo de las cuerdas de acero.
La mejor solución sería un buen sistema fonocaptor piezocerámico de puente, en combinación con una pequeña pastilla de piezo adicional emplazada bajo el diapasón para registrar el Slap por separado. Este tipo de sistemas por norma general se ofertan incluyendo el correspondiente preamplificador con una función de mezcla para ambos fonocaptores. Otra ventaja de los sistemas de pastilla de puente es el hecho de que aquí no se registra directamente la resonancia del cuerpo, lo que reduce claramente el riesgo de acople.
¡La respuesta es sencilla! Todos nuestros contrabajos se envían ya listos para tocar, no necesitan ningún reajuste. Nosotros te ajustamos directamente el contrabajo según el estilo musical al que se va a dedicar, ya sea clásico, orientado a Jazz o Rock`n Roll.
Si se desea también montamos en tu contrabajo las cuerdas adecuadas para cada estilo. Simplemente le sumamos a su precio el precio de las cuerdas tal y como figura en nuestra página web.