En general, la limpieza se debería realizar después de cada uso, siempre y cuando la máquina no permanezca en uso continuado, en cuyo caso se recomienda proceder a limpiarla cada 30 horas de trabajo aproximadamente.
Por medio de la limpieza se eliminan los residuos que se acumulan en el vaporizador, que en largos periodos de inactividad de la máquina pueden ocasionar daños a la caldera o al vaporizador.
Para la limpieza de las máquinas de niebla se deben emplear únicamente líquidos de limpieza apropiados para máquinas de niebla.