Los instrumentos por software ilustran con esmero algunas de las diferencias clave entre los estudios basados en software y hardware. Con un sintetizador hardware se puede programar un sonido, editarlo tanto como quieras, añadir efectos, filtros y modulación, y asumiendo que sea mutitímbrico, entonces podrás hacer esto con 16 sonidos diferentes simultáneos, y todos ellos sonando tanto tiempo como quieras, hasta el máximo de polifonía especificada por el fabricante. Con un sintetizador software, sin embargo, es muy posible que, cuanto más se editen y añadan más efectos, más te acercarás al 100% del medidor de la CPU. Y quizás, a medida que agregues más sonidos complejos a la mezcla y un montón de notas extra, enseguida alcanzarás la zona roja de la CPU, y se producirá glitching (chasquidos) en el audio. Generalmente los sintetizadores hardware funcionan perfectamente dentro de los límites de sus especificaciones, pero los sintetizadores por software comparten toda la potencia disponible en una compleja máquina, que en muchos casos está realizando tareas de todo tipo, incluso en segundo plano. Por otro lado, si necesitas más notas de salida en un sintetizador hardware, simplemente deberías comprar otro, mientras que en uno software, basta con cargar otra instancia del mismo, y al instante tienes el doble de sonidos disponibles, pudiendo hacer esto repetidas veces hasta alcanzar el límite de tu ordenador.
Para maximizar las ventajas de los instrumentos por software, es importante trabajar dentro de las limitaciones de tu sistema. Una forma de ahorrar recursos es albergarlos en tu disco duro una vez has creado el arreglo MIDI tocándolo desde tu sinte plugin por software, puedes grabar esa interpretación como una pista de audio. Esto te permite liberar potencia de la CPU, descargando el sintetizador virtual de la misma, de forma que pueda usarse para otra cosa, como por ejemplo la carga de otros sintes. La relación entre las pistas de audio y el MIDI en el software de grabación puede ser un poco confusa, sobre todo porque el audio de tu sintetizador por software MIDI, es mezclado junto con las pistas de audio del proyecto. Sin embargo, la ventaja de las pistas MIDI, es que las notas no están escritas en piedra -el rendimiento es completamente editable, y puedes grabar la salida del sinte como audio, y toda la potencia de la CPU necesaria para la edición desaparece. La pregunta es, ¿convertimos la pista del sinte a audio para ahorrar CPU, o la dejamos en MIDI para tener la posibilidad de editarla y retocarla? Las compañías de software han abordado este dilema mediante la inclusión de la función Freeze (Congelación), que te ofrece lo mejor de ambos mundos. Con sólo pulsar un botón, el software crea una pista temporal de audio desde la salida del sintetizador por software, y a continuación se apaga el sintetizador automáticamente, liberando así la CPU. Sin embargo, el sintetizador no se descarga, sino que simplemente es deshabilitado y retiene todos los valores actuales. La pista MIDI también se mantiene conectada a la pista de audio temporal. Si a continuación necesitaras volver a editar la pista de sinte, puedes descongelar, y el sinte volverá a estar operativo con la pista MIDI, y listo para su funcionamiento. Realiza la edición, re-congélala y liberarás la CPU de nuevo. Algunos programas incluso te permiten hacer cambios en la pista MIDI, que se reflejan automáticamente en la pista de audio temporal este tipo de mejoras te permiten ejecutar muchos más instrumentos por software en tu sistema, que de otra forma no sería posible.
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A medida que las velocidades de las CPUs cada vez son más rápidas, en teoría deberías ser capaz de ejecutar más y más instrumentos por software, aunque en la práctica muchas veces ocurre que cada vez que cambias la CPU, aparece un sinte nuevo más complejo que necesita el doble de procesamiento, y así sucesivamente.