Como es posible reconocer en la historia, las bibliotecas de sonidos se utilizan tradicionalmente de dos maneras:
Los grupos A y B se pueden dividir en grupos de instrumentos, o también en grupos de sonidos: por ejemplo, en "librerías de piano" o "librerías de percusión" para el grupo (A) o bien "Cars & Car-FX" y "Sonidos de animales" en el grupo (B).
Hoy en día se vive una tendencia hacia la catalogación para poder ofrecer clasificaciones más precisas en el material sonoro. Por poner un ejemplo, además de los sonidos de batería estándar, también están disponibles DVDs de sonidos extra de batería vintage especiales "DfH Drums From Hell". Los reproductores propios se pueden expandir incorporando nuevos sonidos en analógico del mismo modo que las tarjetas de expansión de sintetizadores. La cantidad de datos aumenta de manera significativa y el límite de 100 GB seguramente se va a sobrepasar pronto. La ventaja para el usuario es que la calidad del sonido aumenta paulatinamente, aunque lamentablemente, también lo hacen las necesidades de memoria y recursos.
Además de la tendencia hacia la catalogación y la especialización con bibliotecas sonoras específicas, de vez en cuando también nos topamos con librerías exitosas que pretenden hacer exactamente lo contrario: es decir, proporcionar al productor todo el espectro sonoro de sonidos tradicionales y sintetizados bajo una única interfaz de software en un escala manejable y práctica. Para ahorrar en samples o también para enriquecer el sonido, además se integran procesos de síntesis de sonido modernos y virtuales.