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7. Accesorios

Si has comprado un violonchelo, seguramente vas a necesitar también algunos accesorios. Los instrumentos profesionales, por norma general, se sirven sin accesorios. Ni tan siquiera el arco se incluye. Si has optado por un set, lo normal que vaya acompañado del arco, algo de colofonia y una funda.

Colofonia

Antes de poder extraer los primeros sonidos con el arco, se debe aplicar sobre la crin un poco de resina, la colofonia. Con ello el arco adquiere la capacidad de poder generar sonido en contacto con las cuerdas del instrumento. En el mercado encontramos colofonia en diferentes formatos, con diferentes características de repuesta, en diferentes colores, formas, etc. Los fabricantes de cuerdas incluso han intentado desarrollar la colofonia más indicada para cada tipo de cuerdas.

Por norma general, al principiante le irá bien con una colofonia estándar. La colofonia que acompaña a los modelos de instrumento económicos está bien indicada para las cuerdas que montan. No es sencillo realizar una comparación entre los diferentes tipos de colofonia, porque primero se deben retirar del arco los restos de la colofonia que se ha aplicado por última vez, y tarda un poco de tiempo hasta que la nueva colofonia hace su "efecto" óptimamente (entre tanto bien puede ocurrir que olvides cómo era el comportamiento de la colofonia anterior...). Si se usan dos arcos diferentes, la comparación no va a ser objetiva, porque los arcos presentan un comportamiento diferente de por sí. También hay músicos que utilizan el resultado de una mezcla entre diferentes tipos de colofonia. Una vez esto puede resultar efectivo, pero es difícil conseguir exactamente la misma composición una y otra vez.

Para las cuerdas de acero está mejor indicada la colofonia algo más dura, mientras que en las cuerdas de tripa por norma general funciona mejor una colofonia algo más blanda. Quizás conviene indicar que existen colofonias indicadas para las personas alérgicas que no toleran la exposición a determinados componentes.

Afinador

Afinar el violonchelo, al principio no es nada fácil. Con el tiempo uno educa el oído lo suficiente para reconocer las quintas. Afortunadamente el violonchelo aguanta bastante bien la afinación, de modo que de una clase práctica a otra normalmente apenas es necesario afinarlo de nuevo. Pero es algo muy práctico tener un afinador a mano. Con un afinador cromático también se puede, por ejemplo, comprobar si se digitan los tonos limpiamente. De esta forma en casa y sin profesor se tiene una buena posibilidad de control sobre la pureza de la interpretación.

Protectores de suelo

El violonchelo se apoya en el suelo sobre la pica, y cabe imaginarse que la punta puede producir huellas en mayor o menor medida sobre la mayoría de los suelos. Existen, como solución más sencilla, pequeñas conteras de goma que se instalan en la punta de la pica, lo que naturalmente protegerá el suelo de arañazos y otros daños. Pero en la mayoría de ocasiones no impide que el violonchelo resbale. Hay otras soluciones más estables, como los protectores de parqué que encontramos en el mercado en diferentes terminaciones. A menudo vemos listones de madera con varios agujeros para la pica (para diferentes distancias), que se fijan con un nudo a la silla. También hay láminas de plástico de libre emplazamiento con un agujero en el medio. Son muy flexibles y se pueden mover de sitio en todo momento mientras se toca para posicionarlas nuevamente. Pero para los suelos muy lisos no todos los modelos son apropiados. Debemos escoger entonces aquellos mejor diseñados para suelos deslizantes y con mejor agarre.

Amortiguadores

En un instrumento de cuerda de arco se puede influir en la transmisión de vibraciones desde las cuerdas a la caja de resonancia aplicando un amortiguador en el puente. Con ello se aumenta la masa del puente, se disminuye la amplitud de las vibraciones y se reduce el volumen. El instrumento no solo suena más bajo, también varía mucho la calidad de sonido, el sonido tiende a sonar nasal. A veces para determinadas composiciones se busca estas nuancias en el sonido. Esto, por ejemplo, proporciona en una orquesta otra coloración sonora completamente diferente. Por supuesto que estos amortiguadores también se pueden usar para practicar si la situación lo requiere.

También existen diferentes modelos de amortiguadores. La forma más radical de atenuar son los amortiguadores macizos que se colocan sobre el puente, esto se debe a que aumentan en gran medida la masa del mismo. Los clásicos modelos de madera que son de "quita y pon", poseen algo menor masa pero también amortiguan bastante. Por último existen los amortiguadores de plástico, que se colocan fijados detrás del puente en las cuerdas y se pueden desplazar al puente rápidamente si se precisa. Algo más discretos son los amortiguadores de hilo metálico arqueados que se ajustan de forma permanente a las cuerdas.

Supresores de "notas lobo"

Al tocar el violonchelo a menudo se produce un fenómeno al "superponerse" la vibración de las cuerdas, lo que se manifiesta con un desagradable sonido similar a un "aullido". Por eso se les llama a estos atenuadores supresores de "notas lobo". Las vibraciones superpuestas se diferencian solo de forma casi insignificante, por lo que se produce un tono que no tiene una vibración constante, sino periódica, que crece y decrece (modulación de amplitud periódica). Esto deriva en molestos ruidos, aleteos o, incluso "aullidos".

Para contrarrestar o minimizar el efecto, existen este tipo de supresores, que atenúan las correspondientes resonancias del cuerpo. Los más sencillos son como un cilindro metálico (cortados a medida de las cuerdas), cuyo interior está revestido de goma. Son fijados a la cuerda entre el puente y el cordal. Con algo de suerte, con ello se resuelve el problema. También hay opciones más complejas en los que algunas veces es necesaria la intervención de una especialista.

Soportes de instrumento

Los pies son algo especialmente práctico si se desea tener el instrumento en casa en algún lugar siempre a mano. De esta forma se puede emplazar el instrumento de forma decorativa si que exista el peligro de que el violonchelo se vuelque estrepitosamente sobre el suelo. Los pies para chelo son en su mayoría muy robustos y no se dejan transportar confortablemente, esto es precisamente porque proporcionan la necesaria estabilidad.

Productos de limpieza y cuidados

Existen productos de limpieza y cuidado especiales destinados al cuidado de instrumentos de cuerda de arco. Para retirar las partículas de colofonia y de polvo, por norma general basta con una paño seco, pero cuidado, la colofonia también puede producir el efecto del papel de lija. Por eso se debe tratar la madera con mucha precaución. Para la madera del cuerpo también hay productos de limpieza líquidos (a veces son como emulsiones lechosas blancas), que no son agresivos con la laca (se disuelven). En ningún caso se deben emplear productos que contengan alcoholes, porque con ellos se puede disolver también la laca (la laca al alcohol, como su nombre indica, fue diluida originalmente en alcohol). También los productos con contenido de aguarrás son un absoluto tabú. Se requiere precaución también con los productos orientados a la limpieza las cuerdas (String Cleaner). Estos no deben gotear sobre la laca ni entrar en contacto de ninguna manera con ella.

Encontraremos también aceites para las cuerdas con los que se puede cubrir las cuerdas con una fina capa de aceite, que minimiza los efectos del óxido especialmente en las cuerdas de aluminio. Con ello no se ennegrecen los dedos tan rápido. Este aceite, no obstante, no debe aplicarse en el entorno del puente, es decir, por donde trabaja el arco, porque entonces la crin ya no agarraría.

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