Decidí adquirir este instrumento por curiosidad, su escaso precio y su supuesta facilidad para ser tocados me convencieron nada más verlo. Es un instrumento que todo el mundo puede tocar, incluso los más pequeños de la casa. De hecho, yo tuve que regalarle mi Gewa Kazoo a mi hermana, pues la verdad que es muy entretenido.
Un instrumento con una expresividad fuera de lo común, un sonido que no decepciona y que sirve de acompañamiento ante cualquiera canción en esas aburridas reuniones familiares. Su acabado es aceptable, un baño en dorado de calidad, más unas juntas que sin embargo no presentan un buen acabado.
En general, estas características hacen de este producto un instrumento que por su acabado, expresividad y sobre todo, por su precio, nadie debería dejar de tener.