¿De verdad necesito siempre llevar la guitarra en su estuche?. Esa fue la pregunta que me hice un día, cansado ya de cargar con el flight case de arriba para abajo. De casa al garaje, del garaje al ensayo, del ensayo al concierto, del concierto al ensayo...Y no solo una, sino varias...Pues finalmente pensé que no. Hay ciertos trayectos en los que el flight case se puede omitir y, de paso, mejorar un poco la salud de nuestras resentidas espaldas y brazos. Al final, si eres mínimamente cuidadoso, te das cuenta de que la guitarra siempre va contigo y es, con diferencia, la parte del equipo que más aprecias y transportas.
Con una funda como la Thoman Gigbag, puedes colgártela al hombro, llevarla hasta tu coche, bajarla al ensayo y...a tocar. Una vez acabas, lo mismo pero al revés. Así que: ¿era de verdad necesario cargar con esos 10 kg más extra?. Para mí no lo era, por eso estoy tan contento con esta compra.
Es económica, está bien hecha; su acolchado es suficiente para evitar cualquier golpe (dentro de unos límites) fortuito; tienes la opción de empuñadura o bandolera (muy cómodo); varios bolsillos para meter todo el material típico (jacks, correas, etc) extra...y, además, evitas desgastar tu precio estuche que, en muchos casos, ya de por sí cuestan un buen dinero. Después, cuando tengas que viajar, ir a un concierto importante o, sencillamente el transporte no dependa de tí sino de terceros, pues ya usarás el estuche, que para eso están ¿no?