USO:
Un octavador analógico (ergo monofónico), ni más ni menos. Si buscas una copia octavada del sonido original y poder tocar acordes o con poca limpieza mejor busca un POG. Si lo que buscas, en cambio, es el mojo de un sinte analógico, pocos pedales suenan mejor que este y casi ninguno tan versátil ¿el Octabvre, quizá?).
CARACTERÍSTICAS:
Sus controles los podría entender hasta un niño: 2 volúmenes y 2 tonos. Y sin embargo dentro de esta simplicidad ofrecen un abanico amplísimo de posibilidades. El tono de la señal octavada puede ir desde un sub-grave perfecto para el dub a una onda cuadrada o de diente de sierra (no sabría decir) muy agresiva. El del limpio es una opción realmente rara en este tipo de pedales y permite contextualizar esta señal. De hecho, siempre llevo el Octamizer en la pedalera aun que no necesite octavador, pues sin la señal octavada ofrece un control de tono con un mayor recorrido útil que el del bajo? ¡y conmutable!
SONIDO:
Poner los controles a las 12.00 y jugar? no he conseguido sacar un sonido malo con este pedal, solamente más o menos adecuado al contexto. No vas a obtener EL sonido de un OC-2, pero sí uno similar y otros mil igualmente útiles.
FABRICACIÓN:
Robusto como pocos.
VALORACIÓN GENERAL:
En mi opinión, la apuesta más segura dentro de los octavadores analógicos. Pequeño, con un gran sonido e infinitas posibilidades.