Cumple con lo prometido, poco más se puede decir. Deslizas las pestañas bajo el pote, bajas la pieza hasta que el pote queda sujeto y tiras. No ralla el golpeador o la laca y el pote sale suavemente. Sirve para ahorrarte tiempo y disgustos, no es demasiado caro (tampoco es barato) y no sobra en la caja de herramientas, sobre todo si lo usas de vez en cuando.