El Ampeg SVT CL es desde los años 60 una referencia indiscutible en amplificación para bajo y sigue marcando el listón cuando se trata de sonorizar grandes escenarios. No en vano es el ampli más solicitado por las agencias de backline desde hace décadas. Su etapa de potencia de 300 vatios con válvulas genera una fuerza arrolladora capaz de llenar un estadio, aunque también sabe modularse con suavidad. La etapa de previo, también basada en tecnología de válvulas, incluye un ecualizador de tres bandas y conmutadores exclusivos que ofrecen ese sonido tan característico de Ampeg, fácilmente saturable con el control de ganancia.
Nada menos que seis válvulas 6550 hacen posible los 300 vatios de potencia del SVT CL. Esta cifra no se puede comparar con la de amplificadores de transistores o de clase D: las válvulas generan una pegada y una profundidad sonora que siguen siendo únicas. En el panel frontal encontramos dos entradas, el control de ganancia, esencial para añadir ese punto de suciedad cuando se desea, y la ecualización de tres bandas con cinco frecuencias seleccionables en medios para adaptar el sonido al gusto. También destacan los legendarios interruptores Ultra-Low y Ultra-High, que refuerzan los extremos del espectro. En la parte trasera se encuentran salidas Preamp Out, Poweramp In y Slave Out, así como una salida D.I. balanceada de alta calidad con transformador de aislamiento.
El SVT CL fue diseñado para hacerse oír en los escenarios más grandes del planeta, y es ideal cuando lo que se busca es potencia, más potencia, y aún más potencia. Su capacidad para imponerse frente a paredes de guitarras o baterías demoledoras sigue impresionando. Gracias a su sonido cálido y lleno de cuerpo, funciona a la perfección en estilos como Pop, Soul, R&B o Reggae, aunque sin duda brilla especialmente en géneros más cañeros. El previo puede llevarse a una saturación muy musical, con una coloración rica que culmina en una distorsión a válvulas de lo más agradable. Todo esto convierte al SVT CL en una auténtica fuente de sonidos rockeros y Heavy, que incluso puede hacer innecesarios algunos pedales.
Ampeg nació en EE. UU. en 1946, inicialmente con un sistema de pastilla para contrabajos. Poco después comenzaron a especializarse en amplificación de guitarras y bajos, aunque con el tiempo las guitarras fueron perdiendo protagonismo. En los 60 y 70, Ampeg se consolidó como sinónimo de amplis profesionales para bajo gracias a modelos como el poderoso SVT de 300 vatios o el innovador combo Portaflex. Desde entonces, la marca ha mantenido su prestigio, actualizando y ampliando su catálogo para adaptarse a las exigencias de los bajistas actuales.
El mítico sonido Ampeg no solo se debe a sus amplificadores a válvulas, sino también a su larga tradición en pantallas. La pareja formada por el SVT CL y la legendaria SVT-810E, el famoso “frigorífico”, es uno de los tándems más deseados por bajistas rockeros. Su diseño cerrado y la enorme superficie de dispersión de sus ocho altavoces de 10 pulgadas generan un golpeo que impone respeto. Para quien busque algo más manejable, Ampeg ofrece opciones como la 410E o varias alternativas de su catálogo compatibles con el SVT CL. Este puede trabajar sin problema con cargas de hasta 2 ohmios, lo que permite configuraciones con hasta cuatro pantallas de 8 ohmios.