El Bricasti Design M7 es una reverberación digital "True-Stereo" basada en algoritmos, lo que significa que su sonido se genera completamente de forma matemática, sin recurrir a respuestas de impulso ni samples. Esto permite un control extremadamente flexible sobre la naturaleza de la reverberación, convirtiéndolo en algo así como un "sintetizador de reverberación". Equipado con seis DSP de doble núcleo, el M7 ofrece un procesamiento potente que garantiza un sonido denso y homogéneo. Además de contar con E/S analógicas balanceadas, dispone de interfaces digitales de 24 bits, MIDI y un mando a distancia opcional. Su construcción, controles y hardware reflejan un nivel de calidad muy alto. Desde su lanzamiento en 2007, el M7 se mantiene como uno de los referentes en reverberación profesional gracias a su fiabilidad y excelencia sonora.
Aparte de un delay sencillo, el Bricasti Design M7 se centra exclusivamente en la reverberación, y en este terreno es prácticamente insuperable. Su único algoritmo, con 18 parámetros ajustables, permite crear reverberaciones de última generación, desde efectos muy realistas hasta variaciones extremadamente creativas, siempre con una musicalidad que a menudo falta en otros equipos. La interfaz es intuitiva y evita menús complicados, mientras que los usuarios pueden almacenar, nombrar y organizar hasta 100 user presets. Además de entradas y salidas analógicas con conversión de 24bits/96kHz, el M7 ofrece interfaces digitales con hasta 192kHz, adaptándose a cualquier entorno de estudio. Con un mando a distancia opcional, es posible controlar hasta ocho unidades simultáneamente, combinando flexibilidad y facilidad de uso con un rendimiento profesional excepcional.
La simulación realista de espacios y reverberaciones siempre ha sido considerada la "clase reina" de los efectos de audio, y el Bricasti Design M7 se centra exclusivamente en esta especialidad, ofreciendo resultados que cumplen con las exigencias de productores profesionales y salas de conciertos. Como es característico de las reverberaciones basadas en algoritmos, el M7 aporta un carácter propio que lo hace igualmente eficaz como reverberación principal o como efecto creativo. Reconocido por numerosos usuarios de renombre, su sonido excepcional y, en ocasiones, único, justifica plenamente la inversión. Con el tiempo, el Bricasti Design M7 se ha consolidado como un verdadero estándar de estudio en el ámbito profesional.
Bricasti, acrónimo de Brian Casey Technical Innovation, toma su nombre de las iniciales de sus fundadores, Brian Zollner y Casey Dowdell, quienes establecieron la compañía en Estados Unidos a mediados de los años 2000. Ambos, antiguos empleados del reconocido fabricante de reverberaciones Lexicon, presentaron su primer producto, el M7, con gran expectación, y el tiempo les dio la razón: el dispositivo fue recibido con elogios unánimes y se convirtió en un referente del sector. Pese a los rumores que sugerían una ingeniería inversa del legendario algoritmo de Lexicon, los fundadores desmintieron categóricamente tales afirmaciones, defendiendo con convicción el carácter único y propio de su creación. Hoy, junto al M7 y su elegante mando a distancia M10, Bricasti ha ampliado su catálogo con un convertidor DA de alta gama destinado al mercado de audio doméstico, reafirmando su compromiso con la excelencia sonora.
Gracias a sus excepcionales cualidades sonoras, el Bricasti Design M7 es una elección perfecta como reverberación principal en estudios profesionales. Su gran flexibilidad tonal también le permite complementar otros procesadores, como unidades de convolución, o asumir tareas más específicas con la máxima calidad, ya sea en combinación con ciertos instrumentos o como efecto dedicado. Con el mando a distancia opcional M10, sus posibilidades se amplían aún más: además de ofrecer un control más cómodo e intuitivo, permite manejar hasta ocho unidades M7 simultáneamente, lo que lo convierte en una solución ideal incluso para configuraciones multicanal de nivel superior.
Algoritmo frente a reverberación convolucional
Los dispositivos de reverberación digital, tanto en hardware como en software, se basan en dos enfoques tecnológicos distintos. Mientras que las reverberaciones algorítmicas recrean espacios mediante complejas combinaciones de delays entrelazados, las reverberaciones por convolución utilizan la “huella acústica” de un entorno real a través de una respuesta de impulso. Se suele considerar que estas últimas ofrecen un sonido más realista, aunque también más estático y menos flexible. En cambio, las reverberaciones algorítmicas, aunque no siempre resulten totalmente naturales, destacan por su versatilidad y su carácter musical, gracias a la amplia gama de parámetros ajustables. La elección entre una u otra tecnología depende en gran medida del tipo de aplicación y, al final, responde principalmente a una cuestión de preferencia personal.