La idea está bien y funciona perfectamente siempre y cuando la base sobre la que la apoyes acabe en ángulo recto. Si no es así, si la base acaba siendo redondeada o con otro ángulo, toda la funcionalidad se pierde ya que el principio por el cual al apoyar la guitarra queda fijada sin más no funciona y se desliza fácilmente, o se vuelca según donde sea, con el consiguiente peligro de caída del instrumento.