Tras haber probado todo tipo de púas, en todas sus variedades de tamaños, grosores, etc... creo que por fin he hallado mi tipo de púa perfecto. Son pequeñas y manejables, al poco tiempo de usarlas, estás TAN acostumbrado a su tacto, que otras de mayor tamaño resultan incómodas si se intenta tocar partes con saltos de cuerda o a una velocidad que nos suponga concentrarnos. Están ligeramente marcadas con un relieve que hace que se agarren muy bien, además permiten esconderla fácilmente entre los dedos para tocar pasajes fingerpicking y retomarla de nuevo. Mi conclusión: no quiero otras púas... y un consejo, si tu amplificador es negro... cómpratelas en rojo, cuando las encuentres fácilmente al dejarlas encima del amplificador lo entenderás!