Cuando abres el estuche quedas sorprendido por la belleza de esta guitarra. Se transparentan perfectamente los dibujos y las ondas de la madera a través del color cereza. La tonalidad cherry cambia mucho según la intensidad de la luz, lo cual la hace más atractiva. Estéticamente tiene muy buenos acabados y un gran sonido, como no podía ser de otra manera en este modelo 345 de Gibson. Hay que hidratar un poco el diapasón porque parece un poco seco. Llevo varios días con ella y veo que es muy versatil, dentro de lo que son guitarras con pastillas humbuckers. Se adapta perfectamente desde el sonido cálido y limpio, hasta una saturación o distorsión cañera. No la uso para metal, que no es mi estilo, pero para casi todos los géneros de rock y pop da la talla de sobra. Esa versatilidad o capacidad para adaptarse a diferentes géneros con facilidad es una de las virtudes que más valoro de esta guitarra.