Estéticamente, es preciosa, ninguna foto promocional le hace justicia... cada veteado cambia a mejor.
Acabados con el cariño de una "madre", ninguna objeción al respecto.
30 años con Fender, me hacían reticente al mástil de las gibson, más rudo y grueso normalmente. Con el perfil slim taper casi no noto diferencia con mi telecaster standard del 2000.
El peso reducido (los ortodoxos no opinarán igual), se agredece y no se nota en el sonido final.
Las opciones push/pull de todos los potenciómetros, combinados con las "pedazo" de pastillas, ofrecen una versatilidad impresionante.