Al igual que el violín, la flauta dulce "clásica" también se remonta al tiempo del Barroco. Los centros fueron París, Londres, Ámsterdam, Núremberg y Bruselas. El conocido constructor de flautas de pico Friedrich von Huene ha analizado casi todos los originales de este periodo que han sobrevivido en museos. A partir de la suma de estos datos se creó la flauta de pico barroca MOECK Rottenburgh en afinación moderna, basada en instrumentos de Jean-Hyacinth-Joseph Rottenburgh.
Hoy en día son las flautas solistas barrocas que más se tocan y han demostrado ser especialmente fiables. También se caracterizan por sus brillantes agudos.