Una cejilla puede ser especialmente útil cuando uno acompaña a cantantes o si tiene la suerte de poder cantar él mismo con su guitarra. Con su ayuda, se puede adaptar la afinación del instrumento a las respectivas cualidades de canto. Y esto se hace de la siguiente manera: Imagina que quieres cantar una canción cuyas notas proceden de un libro de canciones. Sin embargo, al tocar los acordes, te das cuenta de que la tonalidad en la que está escrita la canción es demasiado alta o demasiado baja para el registro de tu voz.
Ahora tienes exactamente dos posibilidades:
Encontrarás cejillas disponibles en el mercado con diferentes terminaciones. Desde la versión más sencilla, que se sujeta al mástil con una cinta, hasta la versión de lujo equipada con un elaborado mecanismo, hay de todo.
Los viejos héroes del blues utilizaban cuellos de botella cortados, que colocaban sobre un dedo de la mano que trasteaba para extraer sonidos cantarines y lamentos de sus guitarras. Se acuñó el término « Bottleneck» (cuello de botella), y a esta forma de tocar se le dio el nombre de slide playing.
Una vez establecida la técnica de interpretación, la industria de instrumentos musicales comenzó a producir los cilindros de vidrio a escala industrial. Además del material original, el vidrio, se ha experimentado con diversas aleaciones metálicas para fabricar los tubos. Aún hoy, los expertos discuten sobre cuál suena mejor: el vidrio, con su tono más centrado y cálido, o el metal, que produce un sonido más rico en armónicos y más asertivo. ¿Nuestra opinión?: es cuestión de gustos. De modo que lo mejor es probar qué diseño produce un sonido más agradable para tus propios oídos.