Por lo general, sujetas la armónica con una mano y cubres la parte posterior del instrumento con la otra. La cámara que se crea con la mano hueca, actúa como la caja de resonancia de una guitarra o un violín. Una respiración profunda -desde abajo en el pecho- y no apoyarse en los labios y la lengua, hace todo el trabajo. Es como cantar -el control de la respiración es esencial si se quiere ser capaz de tocar durante mucho tiempo y hacer un gran sonido. Utilizando un símil, podríamos decir que más que aspirar sonido, lo ‘dibujas’ mediante el control de la respiración más profunda, dentro de ti.
Existen dos técnicas para tocar notas individuales en una armónica: la llamada ‘pucker’ (fruncido) o ‘whistle’ (silbido), y la de bloqueo de lengua. La mayoría de los intérpretes emplean una combinación de las dos.
Ésta es la forma más sencilla de tocar una armónica. Simplemente ‘frunce’ tus labios sobre el orificio que desees soplar o aspirar, de modo que no se puedan tocar otros orificios. Se requieren muchos ensayos de prueba/error, para encontrar la forma de que funcione para ti -la boca de cada persona es diferente- pero es el mejor punto de partida.
Aquí se utiliza la lengua para bloquear los orificios siguientes al que desees soplar o aspirar. En una Richter diatónica estándar, esto se vuelve más difícil en el registro inferior; los intérpretes suelen utilizar el bloqueo de lengua desde el orificio 4 hacia arriba.
Para tocar acordes, simplemente sopla o aspira dos o más orificios juntos. Para más acompañamiento rítmico, puedes apoyar la lengua contra los agujeros -creando un tipo de sonido ‘duh’-, o haz que toque el paladar de la boca. De hecho, hay tantas maneras de afectar el tono y el ritmo de tu interpretación, como tu boca te lo permita. La armónica es el más vocal de los instrumentos.
Si puedes dominar la técnica de bloqueo de lengua, puedes aprender a acompañarte a ti mismo con la armónica. Al tocar la melodía, suelta ligeramente tu lengua para que los orificios bloqueados suenen. Conseguirás un acompañamiento rítmico, que añadirá una nueva dimensión a tu interpretación.
Éste es el eslabón que falta para los intérpretes Richter, y añade expresividad a todo lo que se toque. Para hacer bending a una nota aspirada, tienes que modificar la forma de tu boca ligeramente, levantando la parte posterior de la lengua –la parte frontal, naturalmente, sigue bajando- y moviendo la mandíbula hacia adelante un poco. Al igual que con todos los aspectos de la interpretación de la armónica, sin embargo, tienes que ensayar muchas veces hasta encontrar una manera de hacer bending que funcione con tu boca. Con cuidado, deberías ser capaz de conseguir dos o tres notas adicionales aspiradas en los orificios inferiores; los bendings de notas aspiradas se hacen más difíciles en el registro más alto, porque las lecturas son más cortas.
El ‘overblowing’ (sobresoplado) y el ‘overdrawing’ (sobreaspirado), describen una técnica en la que soplas las lengüetas de aspirado y aspiras las lengüetas de soplado. Esto crea un aumento en el tono de la nota, lo que te permite tocar escalas cromáticas completas en una armónica diatónica Richter común, y también puede ser utilizado para obtener notas adicionales de armónicas cromáticas y de otro tipo. Como siempre, el método prueba/error es la clave; utiliza un método similar a un bend normal, pero necesitarás una fuerte técnica de respiración, y un gran control para que te funcione correctamente.
La armónica cobra vida cuando se introducen efectos adicionales, utilizando tus manos y la boca para dar color a los tonos que produces. Puedes utilizar técnicas de vibrato para crear cambios sutiles en el tono, que amplían tus posibilidades musicales y dotan de gran expresividad a este sencillo instrumento. La belleza de la armónica es tanto las manos, la boca y el pecho, todos ellos contribuyen al tono que se crea, lo que garantiza que todos los intérpretes suenan únicos y dan una gran flexibilidad a la calidad de sonido que produces. Un ligero cambio de la lengua, un movimiento de la mano, y puede cambiar todo el carácter y estado de ánimo de tu interpretación.
Una técnica tosca pero funcional. Se trata de hacer vibrar con cuidado la propia armónica arriba y abajo, mientras se sopla y aspira.
Se utiliza, por lo general, para notas aspiradas. Ésta es una manera de variar el tono mediante el ajuste del flujo de aire. Haz una especie de "H" de sonido hacia la parte posterior de la garganta mientras aspiras.
Probablemente la técnica de vibrato más fácil. Ésta se logra haciendo una especia de ‘Yuh-Yuh Yuh’ con la punta de la lengua. Como siempre, depende de la forma de la lengua, pero la experimentación hará que rápidamente encuentres la mejor forma de hacerlo para ti. Una nota con vibrato -aunque sólo sea una sola- no deberías exagerarla. El exceso de vibrato se vuelve molesto rápidamente y disminuye tu poder expresivo. Pero una larga nota sostenida, que acaba con vibrato que aflora al final, puede ser fascinante.
Las técnicas de vibrato ajustan el tono de la nota. El trémolo implica interrumpir el flujo de aire. Un trémolo con las manos es la técnica básica de trémolo. Al mover la mano que cubre la armónica, puedes interrumpir el flujo de aire para crear el efecto de trémolo. Variando la velocidad del movimiento, hace que el efecto sea aún más colorido. Algo más exigente es el trémolo con la respiración. Trata de hacer una especie de ‘uh-uh-uh’, mientras aspiras y soplas –suena más digno de lo que aparenta de forma escrita en esta guía- pero trata de hacerlo hacia abajo, hacia el diafragma, para conseguir un efecto más rico.
Una característica clave al tocar blues, es tratar de mover la armónica rápidamente de un lado a otro, de modo que los orificios adyacentes hagan sonar sus notas en una rápida sucesión. El truco está en asegurarse de que cada nota es clara e incluso con un trino más rápido. Hazlo moviendo la armónica, no agites tu cabeza como algunos intérpretes parecen hacer. Obtendrás más control, ¡y tu cabeza no te dolerá después!