El objetivo al tocar es conseguir un sonido 'vocal', logrado por un flujo constante y bien controlado de aire. La respiración adecuada es una habilidad adquirida, con el objeto de utilizar una gran capacidad pulmonar soportada por el diafragma. El mantenimiento de un sonido constante en todo el rango de la flauta requiere práctica. La octava superior, naturalmente, será más fuerte que las notas más bajas si se mantiene la misma presión de aire, y los intérpretes deben tratar de mantener estable el rango más bajo con el aire más lento, y el rango superior con un chorro de aire más estrecho, rápido y ligero. Un error común es ‘sobre soplar’ las notas para obtener las octavas más altas, mientras que deberían ser alcanzadas abriendo parcialmente el orificio del pulgar de forma más eficiente, con una posición del pulgar mantenida cuidadosamente.
La coordinación en la articulación de los dedos y la lengua es igualmente importante, y los ejercicios pueden mejorar esto. En cuanto a la postura, los intérpretes nunca deben agarrar la flauta con fuerza, y deben mantener los dedos sueltos, pero asegurando el instrumento y manteniéndolo bien equilibrado. Los chirridos o notas descentradas, por lo general, se deben a que los dedos permiten que el aire escape, practicar delante de un espejo, o tocar con alguien más, puede ayudar a detectar este tipo de errores. Otro obstáculo es la reticencia a levantar los dedos alejados de los orificios, prueba a imaginar que tienes muelles en los nudillos, elevando de manera eficiente las articulaciones.
Las composiciones más modernas pueden crear otras exigencias técnicas, tales como aleteo de la lengua, multi-fonía (ciertas digitaciones que producen dos notas simultáneamente en el sobre-soplado), notas muy altas, vibrato de dedos, e incluso tocar con las uñas contra el lado del instrumento durante la interpretación, todas muy divertidas, pero probablemente ¡será mejor que domines primero los fundamentos básicos!