Es una de las guitarras más suaves que he tocado en más de 20 años de rodar y rodar, puedo compararla fácilmente con una Gibson SG standart 2019 o una Fender Telecaster profesional II (obvio solo en accesibilidad y suavidad al tocar) a pesar de no se una guitarra de alta gama se nota el sello de PRS en cada detalle, el pulido de los trastes, el acabado del brazo, el brillo y acabado de la tapa, la maquinaria, la acción, los potenciómetros, etc.. todo funciona perfectamente, el color se aprecia más en vivo, es una guitarra que se reconoce y distingue, por otra parte, el sonido es muy bueno y abre la posibilidad a tocar distintos géneros seleccionando la configuración adecuada de las pastillas, quede sorprendido en verdad pues al tacto no parece una guitarra de gama media sino todo lo contrario, entiendo porque quien toca una PRS se enamora de la marca, recomiendo la compra totalmente!