Buenos materiales y buena fabricación. Por su textura y longitud, puede servir para guitarras eléctricas, acústicas, bajos e, incluso, teclados (sí, aún quedan aspirantes a Jan Hammer en YouTube).
Los extremos están bien cosidos y los orificios se adaptan bien a casi todos los pivotes de sujeción. Pero, por si acaso, recomiendo colocar en cada extremo un Strap Lock. No necesariamente caros, con unos discos de plástico Dunlop o Fender basta.
De todos modos, unos cierres de correa metálicos atornillados son la mejor opción y Harley Benton/Thomann los tiene por menos de seis euros. Mi solución favorita es una correa DiMarzio: suave, cómoda y silenciosa.