Un pie de micrófono muy estable, robusto, ligero, versátil, compacto y duradero a un precio inmejorable.
Para mí todo son pros. Es muy cómodo de transportar, y sencillo de ajustar en cualquier posición. Además se sujeta perfectamente y no se estropea con el uso, cediendo con el peso, ni siquiera con micrófonos pesados como el Shure SM58, y no se mueve a no ser que lleve un golpe muy fuerte.
Eso sí, si eres un poco manazas las piezas pueden perder sujección. Hay que apretar lo justo para que se quede en el sitio, y nada más. Si tiendes a forzar y apretar demasiado las piezas la durabilidad desciende. El truco para que esté como el primer día es tratarlo con cariño y guardarlo en vertical.
Lo tengo desde hace un par de años y lo utilizo varias veces a la semana, tanto para ensayar en casa como para actuaciones en directo. De momento es el único que tengo, pero seguramente me compre un par más para tener por si acaso.