Un sonido muy redondo, finito. Por el tamaño se parece más al de un ukelele, pero las cuerdas gruesas le dan el toquito. Con unas cuerdas un poco más duras se puede afinar en Mi y coge otro color, aunque sigue siendo más cálido, suena como un bebé guitarra. Una guitarra adorable. Pasa que cuando avanzas por el mástil, no está del todo bien afinado, y el puente está muy justo para lijarlo (lo he bajado medio milímetro y ahora trastea). Así que si lo compran, no lo intenten, habrá que vivir con esa pequeña desafinación.
Eso sí, a aprender a hacer los acordes a lo flamenco, no caben tres dedos en un traste.