Lo compré porque me mudaba y no quería transportar ahora mi piano de pared. Las opiniones y videos que vi me parecieron buenos y me decidí por este modelo con el que además podía hacer más cosas y experimentar. Pero ha sido una decepción por varias razones:
1. Los sonidos de piano no suenan ni parecido. Es mejor el Yamaha P145 en ese aspecto, mil veces. Es un sonido muy sintético y con muy poca presencia o fuerza.
2. El contrapesado no es ninguna maravilla, es difícil darle matices. Las teclas tienen un tacto muy sintético
3. Los ritmos están muy bien, pero el principal problema, y este sí me parece serio, es que cuando tocas un ritmo, el volumen de la parte con la que puedes hacer melodías es mucho más bajo. Hay una diferencia de volumen que hace imposible mezclar ritmos con melodías propias y no puede modularse. Aunque eso sí, el sonido de los ritmos es muy potente, no así el del piano, que no tiene fuerza.
4. Compré el pedal de Yamaha para mejorar el sonido, pero a penas hay diferencia. El sonido que se sostiene es muy débil, bajo y no se parece al de un piano. En ese aspecto me sigo quedando con el Yamaha P145 que sí sonaba similar a un piano real.
Recomendaría este teclado para personas que o no han tocado nunca un piano o quieren usarlo para algo más que el sonido del piano en sí, para ritmos, grabar pistas y cosas de esas. Si has tocado un piano real, es difícil que te encaje el sonido, la poca potencia que tiene y el tacto. Recomendaría el Yamaha P145 porque tenía unas teclas que sí emulaban a las del piano, bastante potencia para darle sensibilidad a las piezas que tocas y un sonido muy dulce y menos sintético.
Ha sido una pena, pero un instrumento es algo más que un objeto, es algo con lo que uno se identifica y lo siente como parte de su voz y no me ha ocurrido con este modelo, que como digo, puede servir a otras personas porque no es mal producto.
Procedo a su devolución, porque no voy a tocarlo, no es para mí. Espero no tener problemas con ello, ya que lo he tocado dos veces, con mucha frustración.