Como sucede con todos los instrumentos, llegado a cierto punto de práctica necesitas gastar un poco de dinero en algo que sea fiable, suene bien y te ayude a mejorar (aunque lo realmente importante, ya sabemos, no son las flechas, sino el indio). Con mayor motivo hay que hacerlo en el caso de la trompeta, incluso si acabas de empezar, porque si tocas un instrumento tan básico, rudimentario y físico (si lo pensamos bien, la trompeta lo es, aunque de ahí salga magia pura) necesitas que el instrumento te ayude y no sea un incordio que dé problema tras problema y al que cueste trabajo sacar algo de jugo.
Aparte de que es preciosa, esta Yamaha es cómoda, es versátil, suena que es una maravilla y con esas prestaciones no resulta excesivamente cara para el principiante que quiere hacer una inversión. Por otro lado no se queda corta para el trompetista que ya tiene algo más de recorrido. Único contra: Le falta un puntito de sonoridad cuando atacas la campana a saco, lo cual es guay si eres Chet Baker pero quizá se queda un milímetro corto si eres Arturo Sandoval. En cualquier caso, un acierto total y no podría estar más contento con ella.