Son mas brillantes de lo que piensas con la referencia de la prueba de sonido. No obstante son oscuros, densos y rompen con un sonido un poco sucio. Tienen un sustain increíble, larguísimo y muchísimo volumen. Se nota la calidad en las frecuencias y timbres que emiten, que son completamente distintas a las de las guitarras y el bajo. Digo esto porque mis platos anteriores(Paiste Pst5) tenían problemas de ese tipo, no se distinguían bien en el local de ensayo.
El ping del ride es lo suficientemente definido, se nota la diferencia entre las distintas zonas de golpeo y la campana es transparente y con buen volumen.
El crash de 18 es pesado y muy versátil.
El crash de 16 es muy fino, para baterías con buena pegada quizás no sea la mejor elección. Se necesita buena técnica para que no se parta.
El hihat es el que más me ha gustado. Muy pesado, grave y oscuro, con gran diferencia entre la zona en bruto y la pulida. Texturas leñosas y contundentes. El golpe de bellota cerrado se distingue en cualquier situación, muy definido y con mucho volumen.
Tienen algún pequeño defecto de fábrica poco importante y en la zona en bruto, pero nada que comprometa la integridad del plato o su resistencia.
En resumen, unos excelentes platos, ideales para rock y metal, pero que funcionan bien en cualquier estilo.