He estado mezclando y masterizando muchas canciones con estos auriculares, y debo decir que son bastante versátiles.
El hecho de que sean abiertos hace que el soundstage (la ilusión de separación de instrumentos) sea bastante espacioso y natural, pero a costa de sacrificar las frecuencias bajas. Los medios son bastante planos y tienen un brillo suave; se podría decir que son muy mediosos. Funcionan bien para mezclar rock y metal, pero pueden tener dificultades al mezclar música con mucho bajo, como EDM o dubstep.
También recomiendo usarlos en una habitación tranquila, ya que permiten que el sonido exterior se filtre en el interior. Dado que tienen una impedancia de 62 ohmios, es necesario utilizarlos con un amplificador o una tarjeta de sonido para obtener un volumen adecuado. Aunque se pueden usar con un teléfono móvil estándar, no sonarán muy fuerte.
Las almohadillas están hechas de un material bastante suave que permite que las orejas respiren y no se calienten, pero se ensucian fácilmente y es probable que necesites lavarlas de vez en cuando. La diadema es bastante rígida y puede resultar incómoda si los usas durante períodos largos.
También están hechos de plástico, que a veces suena como si se estuviera agrietando, especialmente en la parte donde están sujetas las bandas de la diadema. Además, he tenido problemas con un cable que se soltó y tuve que soldarlo de nuevo, así que ten cuidado al manipularlos.
Un punto positivo es que el cable jack se puede desenchufar de los auriculares, lo que facilita la sustitución con un cable de mayor calidad si se rompe el que ya tienen.
En resumen, son bastante buenos si los vas a usar para mezclar o escuchar géneros acústicos como rock, jazz u orquesta en una habitación tranquila. Sin embargo, ten en cuenta que pueden tener problemas con géneros que requieren mucho bajo. Además, debes ser cuidadoso al manipularlos, ya que pueden ser frágiles en algunas partes, aunque es posible que sea yo el bestia.
En general, son una opción bastante sólida.