Las mezcladoras de la serie ZED de Allen & Heath cuentan con un diseño monolítico pero resistente como un tanque, esta es la primera impresión que se lleva uno al sostenerla a pulso y se confirma con el uso prolongado en cualquier condición.
Aparte de la calidad más que aceptable de sus preamplificadores, son útiles el par de canales con entrada de alta impedancia para conectar directamente señales de instrumento y también la ecualización semiparamétrica que permite de las frecuencias medias.
Como interfaz para grabación conectada por USB está limitada a una mezcla de sólo 2 canales, pero la posibilidad de usar la salida digital del ordenador a través de unos monitores conectados a la ZED 10 la convierten en una mesa ideal para ensayar en casa con micrófonos y algún instrumento sobre cualquier base rítmica programada, y también para encargarse de mezclas de voz y coros para bandas de pequeño tamaño.