Epiphone lanzó a finales del 2014 este pack compuesto por una guitarra Les Paul Special II de características especiales, un amplificador exclusivo y algunos accesorios básicos. Es un pack vistoso e interesante por presentar una guitarra a medio camino entre un modelo básico de iniciación y una "signature series" de Slash.
Los accesorios no merecen comentarse, es lo que uno espera y cumplen su función.
El amplificador es un modelo exclusivo, Snakepit 15G, con altavoz Electar Classic 25. Incluye adaptador de corriente y entrada y salida auxilar de 35 mm. Ofrece una buena ganancia con distorsión de gran amplitud de rango, y una equalización de graves, medios y agudos efectiva. El volumen es muy potente para un uso doméstico, y puede que el amplificador cumpla hasta en pequeñas reuniones de amigos o para ensayar con banda. Por otro lado, el sonido limpio es realmente limpio y claro.
La guitarra. Estamos ante una Epiphone Les Paul Special II que presenta ciertas características especiales, y otras que defraudan y no acompañan al modelo, por básico que sea.
Caoba y palisando son los materiales, con el añadido de su vistosa tapa de arce flameado, que le otorga un plus de exclusividad respecto a los otros modelos de la familia Special II. El peso es contenido. La acción, sin embargo, no es tan rápida como podría esperarse. Los afinadores de volumen y tono son robustos y precisos, al igual que el selector, firme y rápido, no produce ningún ruido indeseable. La entrada de jack es igual de buena.
El afinador Shadow-E, incorporado en la pastilla del puente, es su segunda característica especial, y realmente funciona bien, es cómodo y rápido, y no es intrusivo. Permiter afinar y quintar la guitarra al momento, sin más accesorios.
Por último, las pastillas. Realmente son las dos humbucker Ceramic-Plus las que le otorgan a la guitarra un sonido con más cuerpo, con más garra y posibilidades respecto a las pastillas de serie de los modelos Les Paul Special II. Ofrecen notas más vivas, limpias y sostenidas que las de serie. Como contra, van envueltas en fibra de papel en lugar de fibra textil, lo que las afea y expone fácilmente a desgaste.
En fin, son estas tres características (tapa de arce, afinador incorporado y pastillas Ceramic Plus) las que hacen de la Slash AFD -a parte de garabatos varios y firma- un modelo especial y posiblemente la mejor guitarra de la gama básica de Epiphone Les Paul Special II.
Vayamos a lo menos bueno. La tornillería de los herrajes deja mucho que desear. Está fabricada en acero blando que cede ante cualquier destornillador, mellándose al primer ajuste y afeando la guitarra. Malo.
El mástil se presenta excesivamente seco. Los trastes, poco pulidos y con los remates vivos.
La pintura es correcta, pero poco más. El lacado no es gran cosa y propenso a saltar en los bordes del final del mástil.
El clavijero es el propio de la serie Special II, mediocre.
La manufactura es correcta, pero puede presentar ciertos detalles de descuido en la terminación de la guitarra.
En conclusión, este pack de guitarra y ampli es una buena compra si se desea una guitarra nueva, vistosa, con sonido aceptable y un amplificador que cumpla. Y podemos decir que este modelo Slash AFD es posiblemente la mejor guitarra básica, por menos de 160 euros, del mercado hoy por hoy.
Yo la recomendaría para regalar a un sobrino o a un amigo que quiera iniciarse, le hará ilusión y puede divertirse y aprender algo en un verano.
Ahora bien, si lo que se desea es tener una guitarra de aprendizaje real, para uso personal e intensivo, y se prevé no cambiarla en al menos dos o tres años, no la recomiendo. Sería mejor una de segunda mano y de mayor calidad. Digo esto porque, personalmente, creo que una guitarra de iniciación, de aprendizaje, debe ser, precisamente por el uso que se le va a dar, una muy buena guitarra; una guitarra que inicite a ser tocada y supla con sus buenas características la falta del mano del alumno. Un guitarrista con experiencia toca cualquier cosa, no así uno que está aprendiendo.
