En mi caso, se lo he puesto a una Fender Standard Stratocaster del 2002. Suena increíble, tal como uno espera que debe sonar una guitarra así. Poquísima salida, sonido súper limpio y dinámico, graves con mucho cuerpo y agudos bien definidos y presentes sin llegar a ser estridentes... Como digo, el típico sonido acampanado que se espera.
Como únicas pegas: no incluye tornillos y, ya que son pastillas y demás de estilo vintage y de la Custom Shop de Fender, el cableado podría ser apantallado en algodón, pero aún así se le ve de calidad. El condensador tampoco es gran cosa. Los potenciómetros son CTS y el selector es el típico cerámico de muy buena calidad. Las soldaduras están bien hechas y los tornillos (once) encajan todos donde deben a la perfección. En cuanto a la instalación, es bien simple: tan sólo necesitas soldar los dos cables del jack y el de la masa del la placa del puente, y atornillar a la madera el de tierra.