Espera lo inesperado… sí, pesa un quintal, pero eso se refleja en el sustain. Las maderas son increíbles, especialmente en el mástil, cuyo… ¿arce? tiene un extraño tono oliváceo que me encanta. Barniz satinado, apenas perceptible en el diapasón, rojizo, que contrasta con las cuerdas Fender revestidas, compra imprescindible si quieres que suene con su máximo potencial de coolness y no quieres que las D’Addario roundwound que trae de serie te dejen el diapasón hecho unos zorros.
Los acabados son perfectos, la madera del cuerpo, tilo, pesa lo suficiente como para compensar cualquier cabeceo del mástil. Los clavijeros y el puente, apañados, aguantan bien el trabajo y el afinado. Los pickups son eficientes; lo que sí es preciso es acometer un completo apantallado, porque el ruido estático no deja ni pensar, así de claro. Después del apantallado, creo que es tan silencioso como mi fiel Cabronita.
Es adictivo. Mucho. Esta sensación de contrabajo es una delicia absoluta, y con malicia aplicada el efecto es imponente. Los instrumentos HB son una fuente de sorpresas, no esperaba tanto por el precio pagado...
Hay que añadir que lo tengo regalado con una scratchplate D’Andrea Tokio Tortoise ( ver reseña) que es la pura guinda. Estéticamente, glamouroso...
La entrega, asombrosamente rápida e impecable, ¡gracias Thomann, una vez más!