La Ibanez AF95 que tengo en mis manos es una guitarra que rezuma calidad por cada rincón. Su acabado, además de ser visualmente llamativo, aporta ese aire clásico que siempre he buscado en una hollow-body. La construcción es precisa y cuidada, con un cuerpo de arce flameado, mástil de tres piezas y diapasón de ébano que hacen que cada nota se sienta cómoda y viva.
El sonido es cálido y envolvente, con una versatilidad sorprendente: desde tonos jazzísticos con cuerpo hasta registros más agudos ideales para blues o soul. Sus pastillas humbucker dan una respuesta dinámica y expresiva, y el sustain es más que generoso.
Tocar esta guitarra es una experiencia que fluye con naturalidad. No solo inspira confianza, sino que invita a explorar musicalmente sin límites. La AF95 es una compañera ideal para quienes buscan personalidad, calidad y una gran respuesta sonora.