Más que un sonido lo que consigo con esta guitarra es exteriorizar la ilusión, la ingenuidad y la magia de los años 80.
La fabricación, desde mi punto de vista, es el 80 % de una Ibanez prestige. Aunque tal vez eso la hace más terrenal y más cercana.
Es una guitarra versátil, pero con luz y claridad. Al final una guitarra tiene el color de las maderas de las que está hecha.