Adquirí hace tiempo el set Istsmbul Agop Sixt y me impresionó el sonido y la construcción de estos platos, solo era cuestión de tiempo adquirir el crash de 18 sabiendo que jugaba a ganar.
A pesar de pertenecer a una de las series más brillantes de Istsmbul su sonido en términos generales registra unos agradables armónicos y unos oscuros matices que te enamoran,
tienen ese sabor K en el ataque, pero cuando lo calientas repetidas veces sin dejarlo respirar empieza a brillar.
Sin duda crea una atmósfera en la que sientes que te no falta nada.
En definitiva olvidándonos del precio que es fabuloso, es un plato muy agradecido y versátil.
Muy recomendable.