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10. Cuidados y mantenimiento

Quien desee disfrutar su clarinete por mucho tiempo, debe cuidarlo. Pero cuidarlo no significa simplemente guardar el instrumento en su caja después de tocar para que no acumule polvo. ¿Qué es lo importante? En el caso ideal, el clarinete se debe limpiar y también secar por dentro con un paño siempre después de tocar.

Paño de limpieza interior

De esta manera conseguimos eliminar parte de la humedad del clarinete. Pero teniendo en cuenta que el cuerpo normalmente es de madera, siempre va a retener algo de humedad dentro. Por eso es importante, tras limpiar el clarinete, dejarlo secar un rato al aire. Si por el contrario lo introducimos directamente en la maleta, la humedad no tendrá otra alternativa que permanecer dentro. Por tanto después de tocar, el clarinete se debe limpiar no solo por dentro. Para mantener el lustre de las piezas de alpaca del instrumento por largo tiempo, lo óptimo sería limpiar con un paño suave las llaves también siempre después de tocar. De esta manera, el sudor de los dedos no tendrá la ocasión de acumularse en el material. Después de limpiar el instrumento, lo mejor sería el colocarlo en un soporte adecuado para clarinete en algún lugar seguro. Además es importante tratar la madera con aceite de vez en cuando. ¡Pero cuidado! el aceite de no debe entrar en contacto con las llaves ni con las almohadillas, sino solo con el interior del instrumento.

La humedad que se genera al tocar, naturalmente afecta también a las llaves. Por este motivo también puede ocurrir que las llaves se vuelvan ruidosas. Esto es normal y no es motivo de preocupación.

Papel de limpieza de almohadillas, grasa de corcho y aceite de llaves

Al montar o desmontar el clarinete recordamos otro punto más de cuidados. El corcho de las juntas debe engrasarse regularmente con grasa para corcho. Esto facilita su montaje y evita también que el corcho se quiebre con facilidad. Las indicaciones de mantenimiento nos muestran un par de cosas que deben acompañar definitivamente al clarinete: Un paño para la limpieza de su interior, otro para el exterior, aceite y grasa, un soporte para el instrumento, una correa de sujeción, y algo importante que todavía no hemos comentado, un estuche de conservación para las cañas. Estos accesorios son esenciales para el clarinetista. Con ellos se debe actuar con el mayor cariño por el instrumento para evitar una degradación innecesaria.

Correa, soporte y maleta

Si alguien no tiene claro del todo si lo está haciendo bien, simplemente debe recordar esto: ¡Al clarinete le gustan exactamente los mismos cuidados que a un ser humano! A nadie le gusta estar expuesto al frío sin un abrigo, o bajo el sol sin la debida protección. Al clarinete tampoco le gustan las temperaturas extremas. Y en su lugar de residencia, en el hogar, rige lo mismo. No le gusta estar demasiado cerca de la calefacción, donde se produce una sequedad antinatural, ni tampoco cerca de las ventanas abiertas o expuesto a la humedad, por lo que el servicio es también tabu.

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