Hasta ahora solo hemos tratado el toque solista con la flauta dulce. ¿Pero cómo funciona la combinación con otros instrumentos? Para poder hacer música con otros instrumentos en general las flautas actuales se ajustan al tono de cámara internacional La¹ = 442 Hz. Algunos intérpretes que utilizan instrumentos históricos, se han adaptado al tono de cámara La¹ = 415 Hz.
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¿Pero qué ocurre si la afinación a pesar de esto no concuerda?
Algunos intérpretes intentan por medio de „estirar“ el instrumento, el conseguir afinar más abajo la flauta dulce. Esto, ya de principio por puras razones de física, no puede funcionar, sencillamente porque todas las proporciones se pierden. ¡En el caso de que surgiera una afinación más aguda, tampoco a nadie se le ocurriría segar una sección de la flauta! Y si se consiguiera en ambos casos el ajustar un tono con exactitud, el resto de tonos variarían irremediablemente, y lamentablemente no en las tonalidades deseadas.
Esto se fundamenta en los siguientes factores: Primeramente, el largo del tubo o cuerpo de la flauta viene ajustado por el fabricante, que en ambas digitaciones se varía para su correspondiente afinación. Por otro lado, la distancia entre los orificios tonales y la ventana del instrumento también varía, pero no la distancia entre los mismos orificios tonales, cuando también debería ser variada para mantener la relación correcta con el bisel.
La entonación de la flauta dulce se ajusta de la mejor forma cuando se toca correctamente. Una flauta dulce en la que a lo largo de todo el rango tonal se sople con la misma fuerza, no puede sonar impecablemente. ¡Y esto además funciona de la misma forma en el resto de instrumentos de viento!
En la afinación general, si es posible, se deberían afinar los demás instrumentos siguiendo la afinación de la flauta.