Son tres los modelos básicos de micrófonos utilizados principalmente en la grabación de altavoces de guitarra, se trata de los micrófonos dinámicos, de condensador y de cinta.
Los micrófonos dinámicos suelen tener una construcción robusta, y son capaces de manejar niveles de señal altos, algo muy deseable aquí, porque un amplificador de válvulas completamente desbocado es capaz de generar una presión sonora brutal. Estos micrófonos no requieren alimentación fantasma, y muchos de ellos están disponibles desde precios muy razonables. Aunque la mayoría de los micrófonos dinámicos no reproducen la imagen de frecuencia de un altavoz de guitarra de una manera completamente neutral, los técnicos de sonido experimentados suelen utilizar su coloración característica para dar forma al sonido de la guitarra. Entre los micrófonos dinámicos clásicos, algunos de los cuales han sido probados durante décadas, encontramos el Shure SM-57 o el Sennheiser MD-421. Un micrófono también muy popular y que fue diseñado especialmente para microfonear altavoces de guitarra es el Sennheiser E-906.
Los micrófonos de condensador son algo más neutrales en su respuesta en frecuencia, aunque también un poco más sensibles cuando se trata de niveles de sonido altos. Además necesitan una tensión de alimentación, que se les suministra a través del cable del micrófono o con una batería. Las interfaces de audio, las mesas de mezclas o los preamplificadores de micrófono suelen ofrecer la llamada alimentación fantasma, es decir, proporcionan la alimentación a través del cable del micrófono. Si este no es el caso, también se encarga de esta tarea unidades de alimentación fantasma externas especiales. Por término medio, los micrófonos de condensador tienen un precio ligeramente superior al de sus homólogos dinámicos, pero también pueden utilizarse de forma más variada, por ejemplo para voces, guitarra acústica u otros instrumentos. Si se planea hacer algo más que grabaciones de guitarra eléctrica, un micrófono de condensador suele ser la solución más flexible. Los productos del fabricante alemán Neumann son de muy alta calidad y en la mayoría de los casos se encuentran en el rango superior de precios: con el TLM-102 y el TLM-103 la firma ofrece dos micrófonos que son muy adecuados para grabaciones de guitarra eléctrica y se mantienen en un rango de precios moderado.
Los micrófonos de cinta son el tercero de los tipos de micrófonos utilizados con mayor frecuencia para registrar pantallas de altavoces de guitarra. Característico de los micrófonos de cinta es un sonido bastante cálido, que muchos técnicos de sonido prefieren a la hora de grabar sonidos de guitarra eléctrica. Los micrófonos de cinta generan un nivel ligeramente más bajo que los micrófonos dinámicos o de condensador, por lo que la interfaz de audio también debería proporcionar un poco más de ganancia (en el mejor de los casos sin ruido adicional). Estos micrófonos no tienen problemas con niveles de sonido altos y tampoco es necesaria la alimentación fantasma. Sin embargo, en este contexto hay que tener cuidado de no conectar accidentalmente la alimentación del preamplificador o de la interfaz de audio, ya que esto es algo que podría dañar los micrófonos de cinta. Mientras que los micrófonos dinámicos y de condensador suelen tener una característica direccional "cardioide", es decir, la popular zona de grabación en forma de riñón delante de la membrana, que capta principalmente el sonido directamente delante del micrófono y bloquea en gran medida el sonido procedente de los lados y de detrás. Los micrófonos de cinta suelen tener un patrón polar de figura de ocho, donde se capta el sonido delante y detrás del micrófono, algo a tener en tener en cuenta al planificar la configuración de grabación. Por ejemplo, si se trata de una habitación pequeña que no suena óptimamente, un micrófono de cinta con patrón de figura de ocho obviamente no producirá necesariamente las mejores grabaciones. Problemas similares pueden surgir en la sala de ensayo al grabar con toda la banda, porque se produce la llamada diafonía si el micrófono de cinta también capta algunos componentes de los otros instrumentos. También es muy posible tenerse que rascar bien el bolsillo para hacerse con uno de estos micrófonos. El más moderno es el Royer Labs R-121 (patrón polar figura de ocho), y también es muy popular el Beyer Dynamic M160, significativamente más barato que el Royer y uno de los pocos micrófonos de cinta que tiene un patrón cardioide. Muchos técnicos de sonido consideran los micrófonos T-Bone RB-500, RM-700 y RB-100 como recomendaciones confidenciales, ya que ofrecen un rendimiento muy bueno a un precio muy razonable (todos con patrón polar figura de ocho).
A menudo se aplica la variante de microfonear una pantalla de guitarra con dos micrófonos diferentes. Por ejemplo, un micrófono dinámico como el SM-57 garantiza un plus crujiente en el sonido, mientras que un micrófono de cinta proporciona calidez al sonido. Dependiendo de gustos, se puede matizar uno u otro componente variando el volumen de las dos señales. Para poner la guinda al sonido, en muchas grabaciones legendarias, y también todavía hoy, se colocaban uno o dos micrófonos (normalmente micrófonos de condensador) en la sala distanciados de forma diferente del altavoz, normalmente entre 1m y 4m, dependiendo del gusto. Esto preserva el sonido del amplificador en la habitación, lo que da como resultado una experiencia de sonido algo más tridimensional. El requisito previo para ello es, por supuesto, disponer de una sala con buen sonido que no realce ningún rango de frecuencia, idealmente una sala de grabación acústicamente optimizada. Las salas pequeñas tienden a incrementar las frecuencias graves, especialmente con un amplificador a todo volumen, por lo que utilizar micrófonos de sala no tiene mucho sentido allí.
Si se va a utilizar más de un micrófono, hay otro detalle importante a considerar: la posición de fase.
Por causa de las diferencias de separación entre los micrófonos y la fuente de sonido (pantallas de guitarra), pueden surgir cancelaciones de fase, volviéndose más fino o hueco el sonido cuando se agrega la pista grabada desde el segundo micrófono. Por lo tanto, hay que colocar los micrófonos de forma que no se produzcan cancelaciones de fase, o activar un interruptor de inversión de fase en la interfaz de audio o en el DAW. Esto no resulta un drama, pero no hay que perderle el ojo a este acontecimiento físico, o mejor dicho, el oído.
Como muestra acústica de la diferencia de sonido entre los tres tipos de micrófonos, hemos grabado un Marshall Plexi con una pantalla de 4x12 con diferentes micrófonos. La misma guitarra toca el mismo riff con la misma configuración de amplificador.
Micrófono dinámico: Shure SM-57
Micrófono dinámico: Beyer Dynamic MD-421
Micrófono de condensador: Neumann TLM-103
Micrófono de cinta: Beyer Dynamic M160
Combinación Beyer Dynamic M160
Pero no es sólo el tipo de micrófono lo que determina la calidad de la grabación, sino un segundo detalle inmensamente importante, que abordaremos en el próximo capítulo.