Los campos de aplicación de los mezcladores analógicos son numerosos. Las aplicaciones abarcan desde el uso como herramienta para la mezcla de podcasts on-the-fly, como ayuda para la grabación y reproducción en el estudio doméstico o hasta como submezcladores en el escenario, pasando por las tareas como consola de mezclas en la sala de ensayo.
Incluso para la grabación de podcasts, una mesa de mezclas adecuada puede ayudar a minimizar la edición posterior. Porque se requiere mucha menos edición si las entrevistas se pueden mezclar ya durante la grabación y si la dinámica de las diferentes voces se puede comprimir individualmente. También el incorporar música y efectos es posible sin problemas con un buen mezclador de podcasts. Si el mezclador además ofrece un efecto de atenuación Ducking, incluso el volumen de la música se reduce automáticamente en cuanto alguien habla por un micrófono conectado.
El Home Recording, por otro lado, supone exigencias diferentes. No es raro aquí el usar mesas de mezclas analógicas para la preparación de señales antes de que una interfaz de audio se encargue de convertirlas y las envíe a un ordenador. Más fácil todavía es grabar, especialmente para los principiantes, si se adquiere una mesa de mezclas híbrida en la que, por un lado, las rutas de señal son analógicas, mientras que por otro lado hay asociada una interfaz de audio. Esta convierte las señales analógicas en datos digitales y las envía a través de USB, Firewire o Thunderbolt a un ordenador en el que posteriormente pueden ser procesadas por una DAW (Digital Audio Workstation).
En conciertos en vivo, resultan ideales las consolas de mezclas analógicas instaladas como submixers. Un submezclador reúne varias señales y las emite en menos canales de los que son necesarios para la recepción en sus entradas. Esto hace que trabajar con muchas fuentes de señal sea más claro. Algo útil, por ejemplo, si un teclista utiliza varios sintetizadores, un baterista utiliza varios dispositivos de percusión electrónica o si se utilizan varios micrófonos para registrar las voces de fondo. El mezclador FOH, que mezcla el sonido de la sala, puede procesar con toda claridad, por ejemplo, una suma estéreo de los sintetizadores, la percusión electrónica o los coros.
Las cosas se muestran un poco diferentes en la sala de ensayo. Aquí las mesas de mezclas tienen la ventaja de poder encargarse de la mezcla para la sonorización, al tiempo que proporcionan una submix y/o señales de monitorización individuales. De manera que, por ejemplo, puede tener sentido proporcionar a los músicos mezclas de monitorización individuales o también grabar directamente los ensayos utilizando una interfaz de audio integrada y un dispositivo de grabación conectado. Esto garantiza que ninguna nota va a caer en el olvido y que los pasajes improvisados espontáneamente se pueden escuchar y ensayar más tarde.