Si incluimos a sus antiguos predecesores en todas sus formas, realmente la guitarra es un instrumento bastante antiguo (su nombre proviene de la antigua cítara griega). Pero el instrumento de 6 cuerdas estándar tan popular hoy en día es, en comparación, una invención relativamente reciente y no posee la larga tradición de otros instrumentos de orquesta o de banda.
La terminación de 6 cuerdas de la llamada guitarra clásica en la actualidad (con cuerdas de nailon y anteriormente de tripa de animal), se remonta al luthier español Antonio Torres en el siglo XIX. Muy poco tiempo después, un alemán llamado Christian Friedrich Martin emigraba a los Estados Unidos, y allí desarrollaba la guitarra de 6 cuerdas equipada con cuerdas de acero.
Una condición previa para la idea inicial fue el diseñar un cuerpo que pudiera soportar la tensión adicional que suponían las cuerdas metálicas. Martin también influyó en la persona de Orville Gibson, que aplicó los principios de construcción del violín al diseño de las guitarras (tapa arqueada, clavijero angulado). Esto culminó en la fundación de una tradición entorno al diseño con forma de violín en la Les Paul y empujó al éxito su empresa ‘Gibson Mandolin-Guitar’, paralelamente en desarrollo.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la guitarra en las orquestas fue utilizada principalmente como un instrumento de acompañamiento rítmico. Los guitarristas de este período lo tenía muy difícil para destacar entre tantos instrumentos de mayor volumen. No es de extrañar por tanto que la forma de tocar (básicamente golpeando la guitarra) y el tamaño del cuerpo estuvieran totalmente conectados (también el principio de la guitarra National/Dobro con cuerpo de metal estaba originalmente enfocado al objetivo de conseguir una mayor sonoridad).
Una vez comprobado que los cantantes (a menudo también ahogados por el ruido de la orquesta al completo) se hacían mucho más audibles colocándoles un micrófono de válvulas delante (se calculaba la separación entre el micro y la orquesta para lograr una buena mezcla), era solo cuestión de tiempo el llegar a la idea de microfonear también la guitarra.
Los primeros sonidos de guitarras amplificadas eléctricamente se produjeron con guitarras acústicas, cuyos problemas sobre los escenarios más ruidosos (cross-talk, realimentación) son bien conocidos. El remedio fue la invención de la pastilla electromagnética, que por supuesto sólo funciona con cuerdas de acero. Más tarde, la idea de deshacerse del cuerpo hueco por completo, se hizo evidente. Los primeros experimentos con la guitarra puramente eléctrica (actualmente aún nombradas cariñosamente con el apelativo de ‘tablas’) parecían algo básicos y espartanos, y consistían en poco más que una simple tabla de madera sobre la que se montaba un mástil y unas pastillas.
Un texano con el nombre de Beauchamp, desarrolló posiblemente la primera guitarra eléctrica de pastillas a partir del desmantelamiento de la pastilla de uno de los primeros tocadiscos, y exponiendo a su campo magnético las cuerdas en lugar de la aguja. También fue probablemente el primero en construir una guitarra sin un cuerpo hueco. Sin embargo, el tocar la guitarra con una pastilla fue popularizado por un joven guitarrista de color llamado Charlie Christian, cuya Gibson ES-150 (que en realidad, sí tenía el cuerpo hueco) poseía una pastilla adicional y permitía que el virtuoso tocara partes solistas que de otro modo habrían sido ahogadas por el sonido de la orquesta.
Otros ejemplos famosos de las primeras guitarras son la ‘sartén’ y el ‘palo de escoba’, como se les llamaba, desarrollados por un emigrante suizo llamado Richenbacher (los yanquis no podían deletrear su nombre correctamente, por lo que la compañía fue nombrada Rickenbacker, el nombre que todavía lleva a día de hoy).
Otros ejemplos famosos de las primeras guitarras son la ‘sartén’ y el ‘palo de escoba’ desarrollados por el emigrante suizo llamado Richenbacher (los yanquis no podían deletrear su nombre correctamente, por lo que la compañía fue nombrada Rickenbacker -el nombre que todavía lleva a día de hoy).
Y así llegamos a los nombres reconocidos, que todavía hoy rigen el mundo de la guitarra:
Leo Fender comenzó desde abajo reparando radios, tocadiscos, guitarras y amplificadores. No pensaba demasiado en los conceptos complejos de construcción de una guitarra, porque las reparaciones eran muy caras y consumían mucho tiempo. Junto con su colega George Fullerton, fundó la compañía Fender. Comenzó con la fabricación de guitarras de cuerdas de acero y Hawaianas con la forma de tabla que todavía sigue en uso a día de hoy. A partir de aquí llegó la primera guitarra eléctrica popular producida en serie, que incluía un cuerpo plano y macizo con un corte para mejorar la accesibilidad a los trastes de tono más altos (Cutaway), 2 pastillas para aportar flexibilidad de sonido y un mástil atornillado con 4 tornillos. ¡Así nacía la Telecaster! En aquél entonces (cerca de 1950), la nueva guitarra Fender todavía se llamaba Esquire, más tarde, Broadcaster (y con menor frecuencia NoCaster). Fue, sin embargo, la creciente popularidad de la televisión la que aseguró el nombre que todos reconocemos hoy. Unos años más tarde se comenzó a producir la Stratocaster, que tenía y sigue teniendo el mismo diseño fundamentalmente sin modificar, y que es probablemente la guitarra eléctrica más exitosa de todos los tiempos. La extrema versatilidad y el diseño sin igual (algunas de ellas incluso se dejan ver expuestas en museos de arte moderno), fueron los factores clave de su éxito.
A Gibson le llevó un poco más de tiempo tener una oportunidad con aquellas ‚tablas’ que hoy significan todo un mundo para muchos de nosotros. Después de todo, a diferencia de Leo, tenían que preservar la tradición de la construcción de instrumentos. Fue un guitarrista muy talentoso y de mente abierta llamado Lester Pollfuß, más conocido como Les Paul, quien empujó las posibilidades de innovación de la empresa. Quería un instrumento sólido y contribuyó con algunas ideas propias, antes de pasar a cobrar una buena cantidad de ‘royalties’ con su famoso nombre. En 1952 vio la luz la primera Gibson Les Paul. Seguía un concepto completamente distinto que Fender: Cuerpo de caoba con tapa de arce arqueada, el típico „Binding“, pala angulada, mástil encolado y todo esto coronado por último por un lacado top en dorado.
Otro paso igual de importante fue el desarrollo de la primera y eternamente popular pastilla Humbucker, por Seth Lover en 1957. Con la PAF (nombre con el que se firmó la ‘patente solicitada’) fue posible eliminar el ruido de las bobinas individuales por primera vez. Curiosamente, fue precisamente ese sonido Humbucker suave y fácil de distorsionar el que casi terminó con Les Paul en 1960. Los sonidos de guitarra limpios y brillantes, eran lo que se demandaba, y por este motivo la producción de Les Paul se detuvo temporalmente. La SG, más moderna, también fue etiquetada como Les Paul, hasta que el señor Pollfuß decidió poner fin a la denominación.
No fue sino hasta que guitarristas de Blues como Mike Bloomfield y sobre todo Eric Clapton, descubrieron las Les Paul (los hoy impagables modelos Sunburst con PAFs de finales de los 50 eran muy baratos en ese momento), como el vehículo perfecto para su sonido de Blues crudo y moderno en mitad de los años 60, haciendo renacer este tipo de guitarra, esta vez ya sin un ocaso previsible a la vista. Cada vez que la Les Paul parece a punto de ser enterrada en el olvido, un nuevo héroe de la guitarra viene provocando un nuevo auge; los ejemplos más recientes son Slash y Gary Moore a principios de los años 90.
En 1958 hubo otra innovación: la todavía popular semi-acústica, llamada ES (Electro Spanish) de Gibson. Los modelos semi-acústicos de Gretsch, que se cuentan entre los clásicos, no deben dejar de mencionarse tampoco.
Formas más experimentales (por ejemplo las Firebird, Explorer, Flying V) quizás eran un poco avanzadas para su tiempo, y por esto no sumaron grandes éxitos, sin embargo hoy en día estos clásicos son muy buscados.
Por supuesto que más tarde llegaron muchas otras firmas y modelos tratando de establecer nuevos conceptos, pero básicamente casi cualquier modelo de guitarra que sea popular hoy en día, tiene sus raíces en los clásicos desarrollados en los años 50.