En está página encontrarás las preguntas más frecuentes sobre el tema saxofones.
Si la caña es muy dura, el intérprete no será capaz de hacerla vibrar. Si es muy blanda, cierra la boquilla y tampoco vibra. La dureza correcta de la caña tiene por tanto una gran importancia para poder producir un buen sonido. Las cañas más duras vienen indicadas con un número mayor mientras que las blandas con uno menor.
Para este problema puede haber varias soluciones:
No del todo, el clarinete tiene diferentes posiciones en cada registro que forzando el soplo no se obtiene la octava como el saxofón, sino la duodécima. Como el saxofón presenta una llave de octava, la digitación en esos registros es casi igual exceptuando los tonos más graves y más agudos. La digitación de la segunda octava en el clarinete equivale en gran parte a la del saxofón.
Esto depende de la constancia con que se toca el saxofón. Cuando una caña se ha desgastado, se hace blanda y pierde su tensión. También se puede apreciar que el tono se debilita y es difícil de controlar el sonido. Llegado a este punto hay que cambiar la caña. También si se ha desgastado o rasgado un poco se debe cambiar, porque así no puede vibrar de forma óptima y se escapa aire por donde no debería.
El instrumento se afina encajando la boquilla en el corcho del tudel, donde posteriormente se introduce o extrae en mayor o menor medida la boquilla. Introducir proporciona un tono más alto, extraer uno más grave.